Muchas empresas se están preguntando cómo reducir la huella de carbono, ya que es algo que sus clientes les piden cada vez más debido a que el cambio climático preocupa mucho a todo el mundo.
Por suerte, las empresas pueden tomar medidas a la hora de reducir su huella de carbono, algo a lo que ayudan los embalajes 100 % reciclables que vendemos.
Qué es la huella de carbono
Antes de hablar de la reducción de la huella de carbono en un negocio, hay que saber qué es y cómo se produce.
Así, la huella de carbono, en este caso, es el impacto de una empresa en el medio ambiente y se expresa en unidades de CO2.
A la hora de calcularla ya hay varios métodos y en ellos se tienen en cuenta las emisiones directas y las indirectas, como por ejemplo los embalajes que se usan, la energía que se gasta en las instalaciones, el combustible de los vehículos, etc.
Cómo se reduce la huella de carbono en empresas
Es lógico reflexionar sobre cómo reducir la huella de carbono en una empresa, más cuando nuestro país ha alcanzado un compromiso en Europa con el fin de que la economía sea neutra en carbono en 2050, algo que parece lejano, pero que está a la vuelta de la esquina.
Con embalajes reciclables
¿Qué empresa no emplea embalajes en la actualidad? Casi todas los necesitan en mayor o menor medida y el comercio electrónico ha disparado su demanda, por lo que son una parte importante en la huella de carbono de cualquier negocio.
Si hay dudas sobre cómo se reduce la huella de carbono, una buena forma de comenzar es utilizar los embalajes que vendemos nosotros, hechos de poliestireno expandido que es reciclable al 100 %.
Tenemos tanto cajas de poliespán, que funcionan muy bien para trasladar alimentos debido a que aíslan muy bien y soportan temperaturas extremas, como bolitas de poliestireno, las cuales se emplean para rellenar las cajas en las que van los productos.
Además de poder reciclarse en su totalidad, las primeras cuentan con la ventaja de que se pueden reutilizar muchas veces antes de tener que llevarlas a un contenedor de reciclaje, pues son muy resistentes.
Sin duda, el reciclaje de poliespan es una de las ventajas de este material.
Con las energías renovables
Toda empresa tiene un gasto de energía que suele ser elevado. Esto depende del sector del que hablemos, pues no es lo mismo una consulta de un dentista que una fábrica de metales, pero lo cierto es que todas pueden usar energías renovables.
En unos casos es posible instalar placas fotovoltaicas, algo que es muy sencillo en los polígonos industriales en los que hay naves grandes con tejados amplios en los que caben muchas placas solares, que harán que las emisiones de CO2 disminuyan a la vez que baja la factura de la luz.
Cuando esto es inviable, como por ejemplo en los negocios que hay dentro de las ciudades, la reducción de emisiones se puede llevar a cabo contratando la energía con una comercializadora que solo venda electricidad procedente de renovables.
Ahorrando recursos dentro de la empresa
Esto no siempre es sencillo, ya que implica que los trabajadores se involucren, aunque lo cierto es que empezando poco a poco se llega a conseguir e incluso hay algunas empresas que dan incentivos a aquellos empleados que cumplen estas directrices.
Hablamos de pequeños gestos, que no cuestan nada, como ahorrar papel usándolo por las dos caras, no imprimir más de lo necesario, apagar los ordenadores cuando no se usan, hacer lo mismo con las luces, cerrar los grifos del baño, etc.
También se puede ir más allá, evitando reuniones presenciales que impliquen desplazamientos y aprovechando las nuevas tecnologías con el fin de que los empleados no se tengan que mover entre sedes.
Restaurando espacios degradados
En todos los pueblos y ciudades hay zonas degradadas. Las razones son variadas, pero estos sitios son muy útiles a la hora de que las empresas reduzcan su huella de carbono, puesto que los árboles lo absorben.
No se trata de reforestar un monte entero, sino de ocuparse de esos rincones que todos conocemos y que no son los más bonitos de la zona, poniendo diez o quince árboles y algunos arbustos, repitiendo esto todos los años.
Así, y casi sin darnos cuenta, habremos reducido mucho la huella ecológica, al tiempo que estamos haciendo algo por la comunidad en donde está radicada nuestra empresa.
Los vecinos lo agradecerán, por no hablar de la mejora de la imagen corporativa que se consigue. Se puede ver hasta como una inversión en publicidad muy barata, pues estas iniciativas siempre acaban siendo recogidas por los medios locales.
Hay varias respuestas a la pregunta de cómo reducir la huella de carbono, por lo que en las empresas se pueden tomar muchas medidas, comenzando por emplear los embalajes de poliestireno que vendemos nosotros, ya que son reciclables en su totalidad.